domingo, 2 de diciembre de 2012

Interludio II.

Queridos lectores:

In vino veritas. Vengo de cenar y me he tomado una cerveza. Es decir, vengo embriagado por menos de medio litro de cervecita con no más de cinco grados de alcohol. Lo sé, lo sé. Ya me lo advirtió Marta cuando vió que rechazaba licores locales en Europa del Este, aunque por discreción prefirió decírmelo por mensaje personal antes que en el blog: no quedan hombres.

Al amparo de la embriaguez no habitual y sin ánimo de delinquir, quería deciros simplemente que os estoy muy agradecido a todos los que leéis estas tonterías mías. Pensaba que nadie fuera del estricto círculo familiar y de amistades se asomaría a verlas, pero me equivocaba. No se van a desbordar los servidores que albergan la página, no, pero constato revisando mensajes atrasados que hay quienes como Sebastián, a quien no tengo el gusto de conocer, la han leído alguna vez y les ha gustado sin que tuviesen débitos familiares ni personales que les inclinasen a ello. Lo cual me alegra en extremo, no tanto por soberbia y narcisismo (me temo que ya voy bien servido de ambas y no necesito acicates), sino por que el producto de mi magín y de mi experiencia pueda haberos placido, sin más.

Hoy se cumplen ocho meses y un día en la carretera. Sigo con la ilusión intacta de ver mundo, pero la energía con la que empecé va mermando. Es inevitable, pero no preocupante. Hay días buenos y días menos buenos. Pocos realmente malos, aunque también. Saber que en dos o tres días, como mucho, seguiré camino, es unas veces un estímulo y otras una fatiga. Dónde iré, cómo, a quién conoceré, qué veré, dónde dormiré ... Mi pensamiento constante todos los días sigue siendo Rocío. También vosotros. Cada vez que me conecto a internet reviso ansioso el blog por si hubiera algún comentario nuevo. Con los días, las visitas a cada entrada van alcanzando su promedio habitual y me alegra imaginar que algunos, como Pablo o como Fermín, aunque con retraso, continuáis al otro lado. Escribir el blog es un placer, pero a la vez una disciplina que me impone cierto sentido del deber. Recibir vuestros comentarios, o vuestros mensajes en mi correo, es también un placer, pero además un honor por cuanto me distingue como amigo vuestro.

A los que alguna vez habéis pensado en escribir un comentario, os exhorto a sobreponeros a los embrollos técnicos y a que volváis a intentarlo. Si no, a que me escribáis al correo electrónico, por favor. A los que comentáis el blog habitualmente o de vez en cuando, muchísimas gracias. Por favor seguid haciéndolo.

A todos muchas gracias. Mientras siga por ahí, y de momento aguanto mal que bien, os contaré como mejor sepa lo que me depare el camino. Perdonad que no os conteste en el blog. Lo haría encantado, pero bastante me cuesta ya mantenerlo en un retraso medianamente aceptable. Perdón por la dilación, las erratas y las faltas gramaticales. Estas últimas me duelen especialmente pues me tengo por buen conocedor de las reglas, pero es inevitable que en estos escritos, hechos a menudo a la carrera, alguna se cuele.

Me voy a dormir, que una cerveza ha sido mucho. Abrazos para todos.







9 comentarios:

  1. Querido Fernando. Por segunda vez procedemos a escribirte un mensajito de ánimo con algo (o mucho) de envidia (yo, Raquel, no se que narices he hecho con el primer mensaje, ups, q torpe...).

    Tras ocho meses y un día nos hemos animado a participar como comentaristas aunque te estamos leyendo desde el principio...

    No sabes de la que te está librando, cuando regreses no vas a reconocer este país de mierda.

    Cuídate mucho y sigue compartiendo esta aventura.

    Besos.
    Las Valdazo.

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  2. Hola, hermano. Veo que la cerveza te ablandó un poco, pero también está muy bien lo que has escrito, la verdad. Yo miro religiosamente tu página todos los días y sigo tus aventuras con mucho deleite. Además del gusto de ver a mi hermano feliz, estoy aprendiendo mucho y, conociéndote como te conozco, disfruto mucho de tus comentarios sobre la realidad de otros pueblos. Tu "Grand Tour" estás siendo una revelación y lo llegaremos a echar en falta. Así que muchos ánimos y disfruta. Un abrazo

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  3. Fernando, compadre. Yo te sigo religiosamente desde el móvil y no veo los comentarios pero ante tú petición de comment aquí va. Me consta, además que mas gente te sigue. Disfruta por todos!!! Un abrazo.

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  4. Más vale tarde que nunca y aquí va nuestro saludo. Tengo a Pablo, Yoya y Carlos hartos, porque en realidad soy yo el que les tengo que llamar todos los días para que pongan comentarios, que si no la molicie puede con ellos. Ya ves que, aunque no sea lo mismo, que tú viajas solo, se os puede llegar a echar mucho de menos estando tan lejos y tanto tiempo.

    Ya me dirás qué cerveza tan buena era ésa, je je.

    Abrazos

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  5. Oh, vaya, anoche escribí un comentario y no se ha grabado. Decía que yo te leo a diario, aunque no siempre te escriba algo, me encantan las crónicas y las echaré de menos cuando vuelvas, pero más de menos te echo a ti ahora... je je.

    Un beso y sigue disfrutando,
    Yoya

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  6. Fernando, es un placer leerte, lo he dicho otras veces. Si hubiera que leer un libro de aventuras a diario, elegiría Agere Pacem. Hay mucho, mucho más de lo que tú crees en lo que escribes.

    Si me permites recordártelo, estás haciendo un viaje por lugares nuevos, libre del trabajo y las obligaciones diarias que para nosotros son costumbre (a veces no demasiado molesta). No pierdas esa perspectiva, disfruta por nosotros que no podemos.

    Yo te envidio especialmente, porque no he tenido el valor suficiente para hacer lo que has hecho tú, y por no hacer solo una travesía del mundo, ahora estoy atravesando el desierto, con la esperanza de que acabe pronto. ¡Es tan importante tener una meta!

    Bueno, me dejo de ñoñeces. Como vuelva a saber de un comentario de corte melancólico voy allá donde estés y te doy tu merecido. Recuerda que, en otro universo, sigues enviando tus crónicas desde un locutorio de Bravo Murillo. No me gustaría ser ese tipo. Pero ser tú, sí.

    Un abrazo

    Fran

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  7. Moñas beer? Jajajajaja. Anda tira, tira; que aún no nos has contado qué queda del paso de aquel que hacia fiestas en gayumbos y enfarlopado con dinero público.
    Apoyándome en el comentario de Raquel, no vuelvas. Esto es un circo de los horrores.
    Nato, no mientas; que en el Namib no hay internés.

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  8. Me uno al coro de agradecimientos por tu blog, Fernando, cada vez que puedo le echo un vistazo y siempre disfruto mucho leyéndote. Has sido siempre un excelente escritor, y te lo dice alguien que te lee desde nuestras correspondencias más de 30 años atrás. Añado noticias, cuando vuelvas probablemente nos encontrarás con un miembro más en la familia. Anna y yo esperamos el tercer hijo, como siga así voy camino de crear una familia tan numerosa como la vuestra. Ojalá el universo me mande fuerzas en mi vejez para poder lidiar con una banda de adolescentes que espero sean mucho más tranquilos de lo que fuimos nosotros. Un abrazo muy fuerte!

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  9. Querido Fernandito
    Aunque no escriba comentarios, quiero que sepas que te voy siguiendo la pista. Sigo teniendo la misma envidia que el primer día que empezaste tu odisea (malsana, por supuesto,jeje)
    Un fuerte abrazo,
    Chiche

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