sábado, 2 de junio de 2012

VIII. Macedonia (y iii).
X. Turquía.
XI. Líbano.


Queridos lectores:

Dejé el hotel de Skopje (20.05.12), me despedí de la estatua de Alejandro Magno y me fui a devolver el coche alquilado a un hotelón, desde donde un autobús, por la autopista Alejandro Magno, me llevó al aeropuerto internacional Alejandro Magno.

Entretuve el rato sobrante con mi ajedrez de bolsillo, y como volé en unas aerolíneas turcas no me fijé en el nombre del avión, pero no me hubiera extrañado que también fuese Alejandro Magno. Vuelo breve y llegada a Estambul. Aunque tenía cinco horas de espera entre vuelos, había decidido no salir del aeropuerto, tomármelo con calma y pasar el rato leyendo tranquilamente. O eso pensaba, hasta que el joven del mostrador de tránsito me preguntó sonriente si no iba a visitar la ciudad, puesto que tenía cinco horas. Me hizo dudar, le dije que era una mala persona y se rió. Llovía bastante y como ya conocía la ciudad, decidí respetar mi plan original y descansar leyendo en el aeropuerto.


En el aeropuerto nuevo de Estambul.

Para llegar a Líbano no hay más remedio que ir por vía aérea. Al norte y al este está Siria, en guerra civil o similar, al sur Israel y la frontera cerrada o casi, y al oeste el mar, sin barcos en servicio fuera de temporada. Para salir sería la misma historia. A volar, pues.

El vuelo a Beirut también fue breve y, gracias al consejo de Leticia, desde la ventanilla de la izquierda, aunque llegamos de noche, pude ver muy bien la ciudad según nos acercábamos.

Marwan y Leticia iban a esperarme en el aeropuerto, pero cuando salí no estaban por ningún lado. La consabida llamada con teléfono ajeno lo aclaró, Marwan entraba por la puerta casi en el mismo instante.
Abrazos y mucha alegría. La pobre Leticia, muy avanzado su embarazo, tenía ciática y casi no podía moverse del coche, pero aún así había querido venir a recibirme.

Nos fuimos a su casa, mientras por el camino me explicaban que había habido incidentes ese día por la muerte de una persona en un control policial. En la autopista quedaban restos evidentes de alguna barricada con cubos de basura. Esto es Beirut, me dijeron, esto es Beirut, pensé. Pero no te asustes, que eso ha sido al norte y aquí las cosas están en general tranquilas. No me asusto.

Leticia y Marwan viven en un piso muy amplio y cómodo en el centro de la ciudad. Me instalé con habitación propia y todo, y me sentí desde el primer momento en casa, tal como muy hospitalariamente me ofrecían ellos. Fue un relajo grandísimo sentirme entre amigos a los que no tenía que explicar quién era yo, con una sensación real de estar en casa y no simplemente invitado, la verdad.

Cena vegetariana de cosas ricas, mucha conversación, recuerda no tirar el papel higiénico por la taza, que se atascan las cañerías (siempre me he preguntado por qué los países árabes no pueden tener cañerías normales), y sin más planes ni urgencias que estar allí, con Leticia y Marwan, a dormir, que ya era hora.

Ya estaba en Asia.

Abrazos para todos.

4 comentarios:

  1. Fernando, leo entre líneas tu felicidad por estar en tantos sitios interesantes y voy disfrutando mucho tu enorme cultura pero además entiendo cada vez más que tu enorme curiosidad te ha llevado a este viaje. Como siempre, el primero en comentar tus relatos. Siempre gano a Yoya, jaja.

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  2. Hola! hace tiempo que estoy "a ver si te escribo" y, aunque reconozco que aún no me he puesto al día de todas las entradas, no podía si no escribirte aprovechando que estás con Leticia!! No preguntaré "qué tal todo?" es obvio que te leo, así que te contaré que por aquí todo más o menos igual (no te cuento mucho como ves, jur jur) Carlos me dice que no ha vuelto a ser el mismo sin tus adevertencias en el "cambio de pierna", pero mi chico es muy fuerte y sabrá apañarselas hasta que vuelvas.
    Yo, por mi parte he quedado estupefacta al enterarme de la noticia: la sacher torte es austríaca... joder! toda la vida pensando que era de la pastelería de debajo de casa de mi madre... (un disgusto).. Es bromita... sólo que... vaya fotos (tarta sacher incluida) qué sitios tan aluciantes. Los dientes me han crecido dos palmos.
    Y nada, que espero que sigas con ganas de ilustrarnos porque, aunque voy a mi ritmito, yo (entre otros) te leo. Y está guay seguirte.
    En cuanto a tu ubicación actual.. qué decir, que mandes muchos besos a Leti, que tenemos ganas de verla. Hazte alguna fotillo con ella si quiere y así os vemos a los dos.
    Bueno, hasta pronto.
    Muchos besos a los dos. Ainhoa y Carlos

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  3. ¡Viva viva, llegamos a Asia!!!! Chache, repósate un poco en los sitios, que vas a país nuevo cada dos días... Me está encantando.

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  4. Por cierto, 1650 visitas......lo socialmente conveniente se impone!

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